
Diagramas de flujo: una manera visual, eficaz y novedosa para resolver los dilemas gramaticales.
¿Te sientes inseguro o insegura explicando la gramática con los recursos disponibles para ello?
¿Crees que a estas alturas puede haber mejores formas de explicar la gramática?
Si has respondido afirmativamente a estas dos preguntas iniciales, sigue leyendo este texto.
Si por el contrario, al menos una de las preguntas la has contestado negativamente, puedes saltarte la lectura de este artículo.
Al responder afirmativamente a la pregunta arriba formulada, es probable que la respuesta venga motivada por el hecho de tener o haber tenido como docentes estudiantes que tropiezan, se atascan o arrastran errores en aspectos gramaticales que, aun siendo básicos y recurrentes en el uso, no por ello presentan menos dificultades en su asimilación. A todos nos pueden venir a la mente muchos de esos aspectos gramaticales, que se les presentan a los estudiantes en forma de dilemas y ante los cuales deben tomar una decisión, en muchos casos, en tiempo real. Los estudiantes suelen permanecer fieles a sus certidumbres y convicciones lingüísticas, que como sus propias creencias políticas o religiosas se niegan a traicionar. Y es que es difícil desprenderse de algo cuando por el uso, por el vicio, por el hábito o por simple comodidad ha pasado a formar parte de uno, de su forma de ver y entender las cosas. Ese apego a lo asumido o supuestamente aprendido y comprendido resulta en el desenlace de la indeseada adquisición de errores fosilizados.
Muchos docentes al encontrarnos (o reencontrarnos) con estudiantes descaminados, equivocados o confundidos, hemos sentido cierta frustración por lo infructuoso que resulta cualquier intento de disuadirles de la aplicación de reglas asumidas, pseudoreglas o dogmas gramaticales. Porque regla que se introdujo en algún momento, regla que los estudiantes convierten en ley universal y se les queda grabada a modo de tatuaje. Cuántas veces hemos oído de nuestros estudiantes lo de “ser es permanente y estar es temporal”, aquello de “el subjuntivo expresa deseo” o lo de “el imperfecto expresa una acción no terminada”. Con dichos mantras podríamos estar de acuerdo (o no), pero hemos de reconocer que son formulaciones insuficientes o incompletas de un aspecto gramatical.
A veces somos los mismos docentes (por diversas razones: comodidad, inseguridad y hasta desconocimiento) los que agravamos el problema por la interpretación y aplicación que hacemos de las reglas y la falta de acuerdo y unanimidad en torno a las mismas.
Ante esto, debemos ser capaces de responder a las siguientes cuestiones:
- ¿por qué hemos de recurrir a la formulación de reglas gramaticales cuando se han mostrado ineficaces o insuficientes y ni siquiera los profesores damos una versión única e inequívoca de las mismas?;
Nuestro día a día está repleto de acciones que requieren una decisión, y también son decisiones lo que los hablantes tomamos constantemente al hablar. Lo hacemos de manera natural e instintiva como hablantes nativos y experimentados, pero de manera más explícita y consciente al hablar una lengua extranjera.
Estas decisiones los nativos las tomamos mental y decididamente; ahora bien, a muchos nos resultaría difícil formular esas oposiciones y decisiones o siquiera ser conscientes de ellas. Es por ello que, para nuestros fines didácticos,
- ¿por qué hemos de echar mano de ellas si los nativos no las tenemos presentes o explicitadas para comunicarnos, sino que tomamos una decisión en tiempo real?
Las respuestas las encontramos los autores de este artículo en la toma de decisiones. Todos tomamos constantemente decisiones, es decir, surgen cuestiones que nos plantean una elección o la toma de una decisión (como la que han tomado todos los que han recurrido a esta revista, los que han empezado a leer este artículo y, cómo no, también los que no lo han hecho). En torno a cualquier decisión se nos presentan tres elementos: un dilema o un tema, formulado con una pregunta u oposición, la cual requiere una reflexión que nos exige responder sí o no, y una toma de decisión que nos lleva a una respuesta o comando de acción. Todo ello lo realizamos en un orden más o menos definido, con un inicio, una serie de pasos o un procedimiento y un final. Eso es lo que representa un diagrama de flujo o, como se les llama también, un árbol de decisiones.

Proponemos en Diagramática, la nueva gramática visual, representarlas gráficamente con diagramas de flujo. A diferencia de otros organizadores visuales, un diagrama de flujo se emplea, por lo general, para representar gráficamente la secuencia o los pasos lógicos para resolver un problema o ejecutar una tarea. Los diagramas de flujo son simples recetas, instrucciones con los pasos para realizar algo compuestas de algoritmos, es decir, la serie de instrucciones que deben realizarse paso a paso para resolver un problema.

En el caso del diagrama que presenta la oposición o el dilema entre ser y estar, el algoritmo hace referencia a si le ha pasado algo a lo que queremos describir. Si la respuesta es afirmativa, se usará estar. Si por el contrario es negativa, se usará ser. El diagrama introduce una pregunta que incita a reflexionar aplicando el algoritmo. El estudiante no tiene más que interiorizar y aplicar el algoritmo para resolver este problema gramatical.
Los diagramas de flujo, en términos pedagógicos y funcionales, son una herramienta de apoyo o instrumento de mediación que acompaña al estudiante durante el proceso de aprendizaje y hacia el objetivo consiguiendo así la autonomía del estudiante en la resolución de un problema. El uso del diagrama de flujo como herramienta de apoyo le facilita al aprendiente la verbalización de un concepto y la fijación de contenidos, y se retira de manera paulatina hasta que el estudiante lo interioriza completamente.
Diagramática, una propuesta para enseñar la gramática a través de diagramas de flujo
Diagramática es un manual de gramática que toma como base la idea del diagrama de flujo como herramienta para enseñar, aprender e interiorizar los aspectos gramaticales que más dilemas generan a nuestros estudiantes. En este sentido, los contenidos gramaticales que presentamos en Diagramática responden no tanto a la formulación de un curso extensivo y comprehensivo de la lengua o de la gramática española como a un compendio de aspectos de la lengua fosilizantes y susceptibles de confusión. Nuestra propuesta responde más bien a los conceptos de rentabilidad, eficacia y “diagramaticabilidad”, entendiendo como no rentable, eficaz o “diagramaticalizable” todo aspecto formal de la lengua que no suponga un dilema para el estudiante de español como L2. Así pues, Diagramática presenta un total de 75 diagramas de flujo que ayudan a resolver otros tantos dilemas gramaticales, tales como ¿qué pasado uso?, ¿por o para?, ¿ser o estar?, ¿indicativo o subjuntivo? o ¿tú o usted?
Cada una de las fichas gira en torno a un centro de interés que la articula, cuya selección parte de lo actual, lo significativo y lo novedoso con la intención de vincular la gramática a temas que despierten el interés de nuestros estudiantes para dejar de lado la sensación de que aprender gramática es una actividad caduca e inútil. Por ejemplo, hay centros de interés vinculados a la cultura, entre los que se encuentran los microrrelatos, la novela gráfica, la música urbana o los pódcast; centros de interés de actualidad como la gentrificación, los bulos o la España vaciada, o centros de interés relacionados con la tecnología, como la realidad virtual, las aplicaciones para conocer gente o la inteligencia artificial.
A su vez, las fichas cuentan con un texto de entrada que sirve de muestra lingüística del aspecto que se trabaja. De esta manera, se favorece el pensamiento inductivo, pues son los estudiantes los que en un primer momento deben inducir el diagrama a partir del texto. Cabe destacar la diversidad de textos y tipologías textuales que se presentan en Diagramática, entre los que se incluyen textos orales, chats, aplicaciones o plataformas digitales. A continuación del texto de entrada se encuentra el diagrama, que se puede reproducir digitalmente con un código QR, y después está el apartado para practicar, cuyas actividades están ordenadas de menor a mayor dificultad y de más controlada a más creativa, con una actividad final de producción, interacción o mediación. Paralelamente, hay una serie de actividades digitales que sirven para reforzar los contenidos de la ficha, bien en el contexto del aula, bien de forma autónoma.
A continuación, podemos observar un ejemplo de ficha, que trata los verbos ser, estar y haber para localizar. La ficha gira en torno al centro de interés la España vaciada, con un artículo como texto de entrada, el diagrama que nos conduce a la solución, el dilema sobre qué verbo usar para localizar, y las actividades para practicar.

Tras esta lectura, probablemente os encontréis ante algún dilema, con varias dudas y muchas preguntas: ¿creo en esto?, ¿me ayudará?, ¿lo haré?, ¿servirá para mi contexto? Entendemos que lo someteréis a reflexión y tomaréis una decisión respecto al uso de los diagramas de flujo en la enseñanza de la gramática.
Autores:
Rafael Mellado Jurado Licenciado en Filología Inglesa por la Universidad de Málaga y Máster de Edición por la Universidad de Salamanca. Profesor de español como lengua extranjera desde el año 1996. Ha trabajado en CLIC International House Sevilla, y desde 2004 en el Instituto Cervantes, primero en Budapest (Hungría) y a partir de 2008 y hasta la actualidad, en el centro de Fráncfort (Alemania). Asimismo es formador de profesores, examinador DELE y autor y editor de materiales de ELE, entre ellos, Diagramática de la editorial Edelsa.
Irene Klein Fariza Graduada en Filología Catalana e Interpretación: Piano. Máster en Asesoramiento Lingüístico y Cultura Literaria. Después de ser lectora de catalán en las universidades de Mannheim, Heidelberg y Frankfurt, actualmente es profesora de Valenciano en la Escuela Oficial de Idiomas de Valencia. Desde el año 2014 colabora elaborando material didáctico para diversas editoriales, entre el que se encuentra Diagramática de la editorial Edelsa. En su tiempo libre sube montañas.